Con vistas al camino

Comentándolo con mi gente, estoy dándole vueltas a la idea de realizar el Camino de Santiago. De momento, no es más que eso, una idea que, como tantas otras, posiblemente se quedará en nada por falta de medios.

Se trata de un reto serio, sacrificado, de fondo, que lo debería de preparar a conciencia para el verano que viene. Sería el primero en hacer en silla una ruta Jacobea completa, si nadie me corrige.
Por supuesto, este blog serviría de diario para relatar al detalle las experiencias surgidas.

Evidentemente, para llevar a cabo este proyecto necesito contar con colaboraciones en varios aspectos.

Económicamente, este desafío requeriría una aportación suficiente para cubrir los gastos de dos asistentes (uno que me acompañe y otro que lleve el vehículo de apoyo), los desplazamientos del vehículo referido, gastos de hospedaje y comidas.

Lamentablemente, no dispongo de una cantidad que sufrague todo esto. Estando en mi situación, defenderse monetariamente es una utopia.

Por lo tanto, para lograrlo sería inevitable plantear dicho reto a marcas, organismos o instituciones que lo encuentren interesante y estén dispuestos a involucrarse.

Pero no solo el bien fungible es lo necesario para afrontar desafíos. La experiencia es un grado, por lo tanto es de vital importancia recibir la mayor información posible sobre lo que me planteo.

Todo aquel que pueda compartir los datos y sugerencias que haya obtenido como peregrino, estará realizando un gran ejercicio de colaboración conmigo.

En las próximas semanas, me dedicaré a proponer mi largo viaje en silla de motor. No sé que grado de interés será capaz de despertar; así que, para salir de dudas nada como intentarlo.