Avance bacheado.

Avance es, por ejemplo, que en esta temporada playera pueda elegir entre bañarme en Plentzia o en Gorliz -siempre he querido bañarme ahí. El agua está más tranquilita-.

Un privilegio para muchos, del  que no solemos disponer nosotros, los rodadores por excelencia, en tan corta distancia.
Para mi, que me declaro enemigo número 1 de la monotonía, es algo para agradecer con empeño, tanto a Bidaideak como a los ayuntamientos de estas playas.

Entonces, uno piensa que a lo mejor,  de repente, se empieza a hacer las cosas con consideración real hacia las personas. Que poco a poco los inconvenientes se extinguen. (No tengo aún fotos, pero llegarán próximamente)
En este momento de euforia, desde la misma playa llamo a Autobuses La Unión para reservar una plaza adaptada -en la Web pone que avisando con antelación, ponen un bus adaptado a la hora que lo necesites- para ir a Pamplona. En la oficina de Bilbao no cogían el teléfono, y en la de Vitoria me dijeron que había que pedirla con una mucha mayor antelación.

Yo la quería para el día siguiente. Rebelde pretensión la mía, sabiendo que no tengo Derecho a improvisar en el último momento. Que tengo que preparar mis movimientos con la misma antelación con la que maniobra un petrolero, y no cambiar de trayectoria con la  misma agilidad de un Mini JCW, ni frenar tan tarde como lo permiten los frenos de este matagigantes.
Así que otro año he tenido que entonar el «Pobre de mí» antes del día 14, pero esta vez he estado más cerca que nunca de participar, en serio, en la F1 de las fiestas.

Por lo tanto, cuidado con el avance, porque aún hay muchos baches en el trazado.