Archivo de la categoría: Prueba de larga duración: Quikie Salsa M

El bolsito rojo


A falta de nuevas aventuras o experiencias que contar -las que tengo al alcance ya me las sé-, me ciño a declarar, con la llegada de nuestro olvidado astro, abierta la temporada de paseos motorizados.

Para inaugurarla, no podía ser en un lugar por donde no discurre la ruta peatonal de Plentzia hasta la punta de Astondo, en Gorliz. Para quien se quede con ganas de más «emoción», puede ampliar la distancia subiendo al faro del Cabo Billano, que ya coronamos el año pasado.

Otro tramo largo y entretenido por el tráfico en horas punta, es el de Ereaga. Se puede circular sin interrupción desde más allá del Puente Colgante hasta pasado el Puerto Viejo de Algorta.
Además, con el ascensor que asciende hasta Maria Cristina, se puede enlazar con la Avenida  de Basagoiti, y de ahí hasta Arrigunaga (gran fallo que esta playa no tenga pasarela), a cuyo txiringuito podemos acceder, echándole un pizca de valor.  También es posible hacer un transbordo al paseo de Aixerrota, camino de Punta Galea y después seguir rumbo a Aizkorri. Desde allí se puede continuar hasta Sopelana pero unas escaleras, de una época en la que no se pensaba mucho, nos impiden proseguir para volver a visitar Plentzia.

Aunque me dé reparo decirlo, tengo que declarar que las baterías de la Salsa M, con más de tres años, son capaces de aguantar dos etapas trayeras, llegando a boxes casi seco, con dos luces rojas del indicador parpadeando, pero aparentemente con ganas de más (no consigo que se agote!).
Supongo que será porque las alimentamos con frecuencia. Tengo colegas que las han tenido que cambiar con menos tiempo, en mi opinión, porque esperan a agotarlas para cargarlas.

En fin, este blog lo pensé para «presumir» con historias más cañeras, pero mientras no llegan, que no falten estas pruebas de fondo, que me sirven como entreno, pero también para planificar otros objetivos y pensar como conseguir los medios para lograrlos.
Alguno grande tengo para este año. El verdadero reto es contar con los fondos necesarios.

A ver si a base de kilómetros al sol, doy con la fórmula mágica. Con mi Quickie, el auricular bluetooth, el guante para conducir y el bolsito rojo colgado del manillar, que señala, como una bandera, que mi Ama ha sido la promotora de las «maniobras» del día.

Regreso al Chavarri

Como decía mi gran profesor de Historia de Arte, en el instituto, no es lo mismo mirar que ver. Y, efectivamente, el retorno que he hecho, esta vez junto con mi peña excursionista de los viernes, al palacio Chávarri, no ha sido en balde.

Gracias a quienes nos han hecho de guías, hemos visto detalles que no se aprecian con una superficial Seguir leyendo Regreso al Chavarri

Videos, aquaplaning y CDs pirata

Monto en mi 806, ponemos la radio iniciando la marcha, y suena Left Outside Alone de Anastcia. Una canción de las que formaban parte de la  banda sonora del video que hizo mi primo, de nuestro viaje familiar a Italia, hace algo más de diez años.

Era como si el extranjero me diría: Bienvenido, cuanto tiempo sin volver por aquí.
No pude evitar una emoción creciente, recordando ese video que he repasado varias veces, y pensando que iba directo al aeropuerto, previo paso por Bilbao para recoger a Iván. Hasta mi ama se dio cuenta de la casualidad.

Los viajes importantes dejan un gran poso duradero, y merecen la pena por mucho que nos cueste alcanzarlo (más en nuestro caso).
A continuación, unas imágenes inéditas y caseras, caseras que tenía guardadas.

De lo que, lamentablemente, no tengo grabación es de mi última «Salsada».
Aviso para rodantes: No subir cuestas por cintas automáticas, si llueve.
Estaba yo coronando una de estas, cuando inexpertamente, se me ocurrió acelerar (en segunda, nada heavy). En ese momento, la silla empieza a dar bandazos, golpeando contra los laterales que sujetan los pasamanos.

La sensación fue de un descontrol total. Tanto que llegó un momento en que la silla se puso de costado y empezó a descender muy seriamente, como si estuviese en el tobogán de un aquapark.
Algo imparable. Nunca había sentido ese pánico repentino por no ver manera de hacer que aquello termine bien.
No sé si solté el Joystick. Creo que no. El instinto me hacia insistir para recuperar la adherencia. Seguramente…….. No sé, porque soltándolo se bloquean las ruedas. Lo que abría que hacer es frenar intermitentemente como el ABS de los coches, pero hace falta ser muy frio para llegar a esa conclusión en tan poco tiempo.

Por una suerte infinita, unos metros más abajo de la pista de patinaje, se encontraban dos «comerciales de CDs» que pudieron detener aquel desesperante deslizamiento.

Si no hubiera sido por ellos, a saber como habría terminado aquello.
¿Alguien me ayuda a saberlo? Jaja, no, es broma, que casi me lo hago encima.

Vuelve la Salsa

Ayer volví a hacer la ruta Deusto-San ígnacio, nada más recuperar mi Quickie Salsa M.
Necesitaba quitarme el mal sabor que me quedó cuando me dejó tirado. Cogí el Bidegorri, y quinta a fondo hasta llegar al entreno de Boccia. Fue un desahogo muy placentero.

Algo más difícil va a ser perder la psicosis a que me vuelva a pasar. Ya van dos veces en este año. Fallo de joystick con su consecuente cambio, porque cuando fallan no tienen arreglo según la marca.

Esta ocasión la quise aprovechar para instalar el nuevo joystick R-NET, y sustituir al VR2.
La Salsa que Sunrise Medical me tuvo que prestar para el viaje, por una pieza que no llegaba, venía con el R-NET incorporado. Este permite circular, sin que entre el limitador, con el asiento basculado. Lo que a mi me ayuda a ir mejor sentado y elimina perdidas de tiempo en recuperar la posición de marcha para salir corriendo en un momento de necesidad, dando más control y responsabilidad al conductor, sin acatar limitaciones electrónicas.
Además, la carcasa del R-NET es más cuadrada, lo que ofrece un mayor apoyo para la mano.

Pero lamentablemente, adoptar este joystick requiere un cambio de toda la electrónica, así que he tenido que prescindir de esta mejora.


En el Salón sin Barreras del Bec. No tuvo mucho que contar pero estoy creando la tradición de aprovechar para ponerme tras un volante. Ya van dos años consecutivos.

Sin embargo, ha habido otras que si he podido copiar del «vehículo de cortesía».  Al de poco de empezar a probarla, me gustó que fuese un poco más ancha y que tuviese los apoyabrazos más altos.
Creo que fue en el aeropuerto de Loiu -en la puerta de embarque para Londres-  cuando caí en la cuenta de que la anchura no era más que un reglaje que se puede ajustar al gusto. Y así lo he hecho en la mía. Como inconveniente, ahora al subir el apoyabrazos, me queda el soporte del mando a la altura del hombro. Muy molesto para pintar, entrar en  mesas, etc.
Dicen que esto se debe a haberlo modificado, pero la verdad es que esto pasa desde que me tuvieron que cambiar el brazo entero, por sólo tener un tornillo estropeado.

Dicen que no hay bien que por bien no venga, así que estos cambios han sido el beneficio de la tensión por conseguir tener la silla a punto para Europa, que finalmente terminó forzosamente solucionado con una silla prestada.

Ahí queda todo esto, por si a alguien le sirve.

Seguimos de charla

Hoy no tenía planeado quedarme a escribir sobre el intenso día de ayer.
Hubiese sido redondo, de no ser porque ya llegando a casa me quedé tirado por el paseo de Aixerrota. De repente, la Salsa se detuvo y tuve que pedir el rescate. Seguramente, sea problema del Joystick (seguiré informando).
Ahora, al encenderla sólo parpadea el led de la primera velocidad y nada más. Dando dos veces a la bocina, se encienden las luces de la batería indicando fallo de joystick.

Suerte que hasta que llegó el «Séptimo de Caballería» conté con la compañía de una chavala encantadora que estaba paseando a su perro y que, por cierto, le desapareció justo cuando la «grua» me llevaba.
Espero que lo haya encontrado.

Pero no es justo destacar esto de una jornada en la que mi sociocolega Josean y yo dimos una charla en la academia Almi de Deusto, a futuros y, sobre todo, futuras Sociosanitarias.

Como en el resto de nuestras «expos» debatimos sobre autonomía, diversidad funcional, vida independiente; aportamos nuestras experiencias y anécdotas, además de responder a todas las preguntas.

Da gusto ver o conocer a personas sensibles y empáticas que se interesan, con ganas de mejorar para ayudar a los demás. En esta profesión la vocación es esencial, y si nosotros podemos ayudar a fomentarla quedamos a disposición de quien lo requiera.

Únicamente, sentimos no habernos ido potes con todas, como había intención, pero la agenda nos empujaba.

Un abrazo también para Felipe, el enrollado profesor con quien cuentan estas aspirantes a asistentes personales (espero que no acaben en residencias), que insistió en liarnos para comer juntos y seguir conociéndonos.

Y otro pedazo de abrazo para los cerebros de toda esta operación.

Rutas silleras: Faro de Gorliz.

Una nueva oleada de averías encadenadas ha atacado a mi Quikie Salsa M.

Ya comenté que después de intentar quitar un ruido, la silla había quedado medio coja, una de las horquillas delanteras no direccionaba bien y le había salido un «canario» muy simpático.

Tras un nuevo paso por el taller, con cambio de horquilla y ruedas delanteras, además de liberación del pajarito cantarín -por más de 300 €-, el chasis vuelve a crujir de una forma muy parecida a como cuando, hace menos de un año, me confesaron que estaba roto por un defecto de fábrica, teniéndomelo que cambiar (con ruedas y horquillas incluidas).

Por un paseo liso suena como un viejo bergantín del siglo XVI. Pero, para probarla definitivamente, me he ido hasta el faro de Gorliz. Una agradable subida asfaltada entre el monte, pasando cerca de granjas, hasta el para mi desconocido faro.

Vigilando un poco los baches y las pocas inclinaciones del pavimento, se puede disfrutar de unas nuevas vistas para los que no somos unos mohicanos, precisamente.

Hay un tramo que anuncia «Peligro por desprendimientos» que da un punto de emoción a la hazaña, pero que al parecer no es para tanto y los aventureros no dudamos en pasar para coronar el Cabo Billano.

Una ruta muy recomendable para silleros. Incluso se me paso por la imaginación organizar una prueba cronometrada

La Salsa subió como un cohete -no metí quinta para no dejar atrás a la fotógrafa-. Las baterías ni se inmutaron y hubieran soportado muchos más kilómetros para arriba o varias noches de fiesta.

Por eso, para  una máquina de este calibre no puede ser normal que suene como una cama oxidada. Me niego a aceptarlo, y la marca seguro que también.

Todos sabemos que una silla de ruedas es un producto con el que compartimos muchos horas al día, por lo que debe garantizar una mínima calidad de rodadura incuestionable.

Trata de arrancarlo, Diegooo!

Hace varios días, estaba pensando, en broma, que si tendría espacio de sobra haría un museo con mi sillas -como el que Alonso ha hecho con sus F1s-, en el que la Quickie Salsa M se merecería el pedestal más alto, por el juego que me está dando.

Sin embargo, finalizando la última etapa del «campeonato» de la Aste Nagusia Bilbaina, me dejó tirado en medio de una txosna, rodeado de peña y con el asiento elevado, sin poder bajarlo -por lo tanto, sin poder entrar en un coche- ni moverme.

Tuve que ser empujado hasta Seguir leyendo Trata de arrancarlo, Diegooo!

Whastapp around the word

En este verano, mis palabras han llegado a Japón, China, Argentina, Escocia, varios países de Europa del Este, Menorca, y planean ser leídas también en Perú y Cuba.

Todo gracias a la movilidad de los móviles de mis colegas y a la interrelación electrónica que permite viajar a mis ocurrencias, pensamientos, fotos y sentimientos.

                   

Me alegra saber que las comunicaciones de mis Whastapperas y Whastapperos también van a volar por la inmensa red hasta

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Más allá de #Bizkaiaccesible: Astigarraga

El pasado Viernes disfrutamos de una de las excursiones «reinas» del año.

En Astigarraga, visitamos el Sagardoetxea -museo de la sidra- donde se aprende mucho sobre esta rica y típica bebida del lugar. Su historia y proceso de elaboración nos fue amenamente contado por Leire y Ainize (espero que la memoria no me falle). Y después de la teoría, me parece Seguir leyendo Más allá de #Bizkaiaccesible: Astigarraga