Archivo de la categoría: Crónicas Adaptadas

Relatos y análisis sobre servicios sociales y viajes adaptados

Que siempre nos quede Paris.

Es emocionante saber que en unas horas, ratos o minutos vas a vivir algo muy esperado, y desconocer como te vas a sentir, pero con la certeza de que pronto vas a desvelarlo.

Llegando a Paris, después de cruzar el aburrido pero rápido túnel de La Mancha -que tantas veces he imaginado cruzar, con algún coche divertido- y tras recorrer casi 300 km. así me sentía.

Entrando por el norte de la Capital, enseguida empecé a percibir que mi intuición funcionaba a la perfección.
Parada técnica en el hotel, y de cabeza a ver la panorámica de la ciudad. Algunos ansiosos ni bajamos del bus (se llama autocar, vale).

Ya por el centro de la ciudad, me llegó la confirmación de que La Ciudad de La Luz, me atrae especialmente.

Subido en la segunda planta de la Torre Eiffel, pensando en mis cosas, con aquellas idílicas vistas, me di cuenta de todo aquello era increíble aunque, a la vez, sencillamente real y alcanzable. Ahora forma parte de mi vida.

Al tercer piso no permiten subir a sillas de ruedas por motivos de seguridad, pero a unos 160 m. de altura, como veis, el alucine ya es desvariante.
Hay toilttes adaptados, ascensores como autobuses, no hay que hacer cola, y tanto los «ruedas» como sus compañías pagan la mitad del precio (4,5 €).

Para llegar hasta allí, guié al Equipo K desde el Arco del Triunfo por Avenue Kleber hasta Jardins du Trocadero, los cuales hay que rodear para llegar al Sena, por tener una trampa en forma de escalinata.
Un dato curioso para transitar por esos Boulevards: Los semáforos duran muy poco. Hay salir dejando rueda para cruzar, en cuanto se pone en verde. Y aún así cambiará a rojo antes que llegues al otro lado.

De regreso por la misma ruta, las baterías empezaron amenazar seriamente -las carreras por los jardines de Versalles pasaron factura-, pero nos llegaron para coger el bus urbano y alcanzar nuestro alojamiento.
Como el de Inglaterra, pertenecía a la cadena Ibis. Las accesibilidad y el estado de las habitaciones adaptadas es correcto, a falta de alguna barra más en los WCs, para los que tuvimos la suerte de contar con ellas.
Lo que si era una lotería fue la configuración de las habitaciones, asignando camas de matrimonio a quienes no les conviene, en varias ocasiones, y sin solución por parte del hotel.
Menos mal que el Equipo K puede con todo.

En cuanto al transporte Parisino, el único que garantiza la accesibilidad es el autobús. La mayoría de las estaciones de Metro son impracticables menos en la línea 14, y -yo que soy un voyeur de automóviles- he de decir que no vi ni un solo taxi adaptado.
(Sobre el Metro de Londres, se me pasó destacar que las puertas de lo vagones siempre se abren solas, sin tener que alcanzar botones o buscar a alguien que lo haga, como en el de Bilbao. Un gran punto a su favor, que  te ahorra mucha tensión).

Afortunadamente, nosotros contábamos con nuestro autocar adaptado que nos acercó a Montmatre, donde hicimos uso del funicular para seguir subiendo y subiendo hasta el Sagrado Corazón (ascensor y wc adapté).

Con el utilitario de 55 plazas, accedimos al garaje de Louvre. Un sorprendente hallazgo por la inmensa cantidad de vehículos similares que caben allí dentro.
En el museo más importante del mundo no se encuentra ni una barrera. No tendrás problemas, siempre que alguien te guie por los numerosos ascensores que hay que coger, y mientras no te metan prisa porque van a cerrar alguno.

Por último, la visita a Versalles. Además del mencionado paseo rápido por los jardines, antes de nuestra hora para entrar en el palacio.

Nos quedamos sin Notre Dame. Una gran falta del programa. Por ello, y por millones de razones más, habrá que volver.

Mi padre, desde que soy pequeño, recuerdo que habla de un viaje que hizo de joven con sus amigotes por Europa, y sospecho que yo, dentro de muchos años, seguiré fardando de esta aventura del Equipo K (Los kamikazes Iván, Josean, Raul, y nuestra Dartañana Marian, más este liante).

Enhorabuena a Fekoor por hacer posible esta intrépida semana. Todo mi animo y apoyo para que no dejéis de ofrecer la posibilidad de conocer mundo, a personas que realmente lo tenemos difícil para conseguirlo.
Solamente, la movida del vuelo ya representa todo un reto. Casi todos tuvimos suerte, menos uno de los nuestros al que el personal de Easyjet le averiaron la silla. Eso si, tuvieron la deferencia de liársela a la vuelta.

Por cierto, un abrazo para el resto del grupo. Entre todos, hemos generado grandes recuerdos.

Termino esta saga con una secuencia de un reto Parisino improvisado (hay o no hay?), y más fotos del viaje.

Hasta el próximo!





LondonAye

Estoy medio dormido, como atontado. La deceleración ha sido fulgurante. Después de una semana sin bajar de las 7.000 rpm. llegar hasta casi el relentí me ha provocado somnolencia.

El reto del año, y por lo menos de los últimos 10 -cuando viaje a Italia-, ha sido cumplido, superado y, sobre todo, gozado.

Imposible contarlo todo en un post, porque seguro que me dejo algo. Así que dudo mucho que esta sea la única entrada dedicada a nuestro tour de Bilbao a Biarritz, pasando por Londres y Paris.

Hace ahora exactamente una semana, me encontraba en el Brithis Museum (buena accesibilidad salvo por un ascensor pequeño, con amenaza de avería, y por la sala de las momias que es tan inaccesible como una pirámide.), ya habíamos visto los puntos emblemáticos de London desde el autocar e incluso había hecho alguna escapada por China Town.

Cuando en menos de 2 horas llegas a un destino alcanzado con, por lo menos, un retraso de 15 años, a uno le cuesta aceptar que está allí.

Esta sensación se agrava dentro del bus, con unas ventanas que parecen pantallas de video. Sólo cuando te bajas y te sumerges en la calle, sientes que es real. Circulando con mi Salsa M de sustitución (la mía me dio plantón) agradezco a las maquinas del espacio-tiempo por permitirme transitar por tantas ciudades.

Y ahí es donde, verdaderamente, se analiza la adaptación de la urbe. Rebajes no faltan a la hora de cruzar. Mas vale mirar hacia el lado correcto al hacerlo y no distraerse por los miles de atractivos estímulos que nos rodean.

El Underground es muy antiguo y muchas estaciones tienen un peldaño ofensivo. Pero en las que están bien, la atención es comparable a la de un aeropuerto, con servicio de acompañamiento tanto para entrar como para salir.
Personalmente, prefiero la disposición totalmente horizontal para colocar la tarjeta. En cambio, las de Londres se chequean sobre una base inclinada lo que. seguramente, me iría peor. Suerte que iba en buenísima compañía. ; )

Los famosos autobuses están adaptados, con sólo una plaza para silla por bus. Bueno, eso en teoría, porque como en nuestro equipo de Kamikazes íbamos dos rodadores, el conductor permitió que  nos apretujáramos para ir todos juntos.
No tuve ocasión de probar los pintorescos taxis, pero oí quejarse a un colega del grupo de la puerta era estrecha.

El castillo de Winsor también es visitable, aunque no recomendable para grupos grandes de silleros con falta de tiempo,  porque los dividen y hasta que no salen unos no entran otros.

El Londonaye tampoco discrimina a nadie, y va tan despacio que me daban ganas de subirme en marcha, como el resto de la people.. Pero no, la paran y despliegan una pasarela portátil, que se despliegan como un libro, para salvar una separación milimétrica.

Gracias a nuestra «guía local» Ainara, conquistamos el Soho, Covent  Gardent Garden, Trafalgar Square y paseamos junto al Thamessis hasta llegar a un espectacular Pub junto al rio , de cuyo nombre debería acordarme. Me informaré.

Después de todo esto, uno piensa con mentalidad de despedida sólo por un instante, al cabo del cual caes en la cuenta que aún queda otra capital por conocer en las próximas horas.

Continuará.

 

Esencias

En los últimos días, entre otras esencias, hemos podido degustar un delicioso néctar de los San Fermines. Durante cinco horas aprox. nuestro convoy se zambulló en el meollo de la fiesta de las fiestas.

La peña excursionista Fekoorera, una vez haber tomado la plaza del ayuntamiento, se dirigió a la salida del encierro para emprender todo su trayecto hasta la plaza de toros. Sólo faltó que nos abriesen la puerta grande.

                

Seguimos callejeando, abordando el Café Iruña -amplio, y con WC adaptado aunque poco espacioso- y empapándonos de u Seguir leyendo Esencias

Barcelona, Barcelona

Hace malo. Estoy constipado y aburrido, así que no pueden darse mejores circunstancias para que finiquite esta trilogía sobre el viaje que he hecho a Barcelona con Fekoor.

Debido a la curva aguafiestas que ya he mencionado, sólo pudimos catar lo que realmente es Barcelona en dos ocasiones.

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CRONICAS ADAPTADAS: ZARAUTZ

        
Una vez más me he escapado el fin de semana a través, del aquí comentado, programa de Fekoor. En esta ocasión, la «Kilometrada» era corta porque el destino fue Zarautz, apenas una horita en el bus, si mal no recuerdo.

De todo, lo único negativo llega a continuación, cuando Seguir leyendo CRONICAS ADAPTADAS: ZARAUTZ

Respiro! No me ahogues.

Hace ahora exactamente una semana estaba circulando por la AP-68 (mi conocida autopista que he recorrido tantas veces yendo a Barcelona) en dirección a Zaragoza. Bueno, concretamente, a Ejea de los caballeros, donde existe un albergue municipal capaz de dar cobijo a toda la Fekooadrilla.

Desde allí pudimos desplazarnos al día siguiente hasta Seguir leyendo Respiro! No me ahogues.