Atención Metronavengantes!

Últimamente he apreciado una subida en la altura de los vagones del Metro de Bilbao.

Más que nada, lo he notado en la estación de Bidezabal, donde ha sido siempre su nota característica.
El truco lo tenía localizado. Entrar en los vagones centrales, pero ahora ni por esas. El otro día me tuvieron que ayudar para subir por donde siempre lo he hecho autónomamente.

Pero es que en mi último regreso de la capital, la bajada ha sido como la de una Montaña Rusa. La silla se quedó inclinadísima hacia delante, colgada de las ruedas centrales. Empecé a escurrirme como en un tobogán. La mano se me escapo del mando con pomo y todo. el morrazo era inevitable.

Sin embargo, con una reacción de hábil super héroe, apoye el cuerpo sobre el reposabrazos, flexione el codo para darle al joystick con la muñeca y………. La silla no respondía, seguía colgada.

Todo fue muy rápido. Quien me abrió la puerta, empujando, consiguió desengancharme. Aceleré, aterricé en el andén, y volví a colocar el pomo. Todo en el mismo segundo. Maniobra perfecta y un final para celebrar.

Cierto que, pensando en otras cosas, salí por el último vagón sin darle importancia. Por los centrales, espero no volver hacer un picado.

Ya tengo el impreso de reclamaciones listo para entregarlo.