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Diego engaña.

Como hoy he dicho, en una charla que hemos dado en el colegio Santa María de Portugalete, no hay que dejarse influenciar por las apariencias, ni asustarse, o hacer prejuicios de alguien simplemente porque no cumple con lo que estamos acostumbrados a ver.

Ayer mismo, nuestra sabia colega Amelia, Dijo: Diego engaña mucho.
Y lo hizo mientras miraba mi última producción: Parece mentira que lo hayas hecho tu.

En pintar sobre azulejo ha consistido. Con mi licornio, con una pintura casera a base de… Seguir leyendo Diego engaña.

El bolsito rojo


A falta de nuevas aventuras o experiencias que contar -las que tengo al alcance ya me las sé-, me ciño a declarar, con la llegada de nuestro olvidado astro, abierta la temporada de paseos motorizados.

Para inaugurarla, no podía ser en un lugar por donde no discurre la ruta peatonal de Plentzia hasta la punta de Astondo, en Gorliz. Para quien se quede con ganas de más «emoción», puede ampliar la distancia subiendo al faro del Cabo Billano, que ya coronamos el año pasado.

Otro tramo largo y entretenido por el tráfico en horas punta, es el de Ereaga. Se puede circular sin interrupción desde más allá del Puente Colgante hasta pasado el Puerto Viejo de Algorta.
Además, con el ascensor que asciende hasta Maria Cristina, se puede enlazar con la Avenida  de Basagoiti, y de ahí hasta Arrigunaga (gran fallo que esta playa no tenga pasarela), a cuyo txiringuito podemos acceder, echándole un pizca de valor.  También es posible hacer un transbordo al paseo de Aixerrota, camino de Punta Galea y después seguir rumbo a Aizkorri. Desde allí se puede continuar hasta Sopelana pero unas escaleras, de una época en la que no se pensaba mucho, nos impiden proseguir para volver a visitar Plentzia.

Aunque me dé reparo decirlo, tengo que declarar que las baterías de la Salsa M, con más de tres años, son capaces de aguantar dos etapas trayeras, llegando a boxes casi seco, con dos luces rojas del indicador parpadeando, pero aparentemente con ganas de más (no consigo que se agote!).
Supongo que será porque las alimentamos con frecuencia. Tengo colegas que las han tenido que cambiar con menos tiempo, en mi opinión, porque esperan a agotarlas para cargarlas.

En fin, este blog lo pensé para «presumir» con historias más cañeras, pero mientras no llegan, que no falten estas pruebas de fondo, que me sirven como entreno, pero también para planificar otros objetivos y pensar como conseguir los medios para lograrlos.
Alguno grande tengo para este año. El verdadero reto es contar con los fondos necesarios.

A ver si a base de kilómetros al sol, doy con la fórmula mágica. Con mi Quickie, el auricular bluetooth, el guante para conducir y el bolsito rojo colgado del manillar, que señala, como una bandera, que mi Ama ha sido la promotora de las «maniobras» del día.

Charlaaando, charlandoooooooooo.

Voy a tener que crear una sección para las charlas que se van acumulando y para las que quedan, ya que la temporada ha arrancado con buen ritmo.

Hoy hemos estado en la UPV  una representación de Fekoor, con alumnas y algunos alumnos de educación social.

La acogida como siempre estupenda, mucho interés. Personalmente, he resumido lo que ha sido mi trayectoria desde que empecé a estudiar, he hablado las claves de la vida independiente, y hemos repasado videos del blog.

Todo ello sin motor. Ahora mismo, han llamado de la ortopedia. En breves momentos, sabré el diagnóstico de mi Quickie.
Si es del joystick, que seguramente lo sea, sería la segunda vez en el mismo año. Un dato muy preocupante, que me resta confianza para mis flamantes desplazamientos en solitario, esenciales para alcanzar auténticas vivencias.

Rutas silleras: Faro de Gorliz.

Una nueva oleada de averías encadenadas ha atacado a mi Quikie Salsa M.

Ya comenté que después de intentar quitar un ruido, la silla había quedado medio coja, una de las horquillas delanteras no direccionaba bien y le había salido un «canario» muy simpático.

Tras un nuevo paso por el taller, con cambio de horquilla y ruedas delanteras, además de liberación del pajarito cantarín -por más de 300 €-, el chasis vuelve a crujir de una forma muy parecida a como cuando, hace menos de un año, me confesaron que estaba roto por un defecto de fábrica, teniéndomelo que cambiar (con ruedas y horquillas incluidas).

Por un paseo liso suena como un viejo bergantín del siglo XVI. Pero, para probarla definitivamente, me he ido hasta el faro de Gorliz. Una agradable subida asfaltada entre el monte, pasando cerca de granjas, hasta el para mi desconocido faro.

Vigilando un poco los baches y las pocas inclinaciones del pavimento, se puede disfrutar de unas nuevas vistas para los que no somos unos mohicanos, precisamente.

Hay un tramo que anuncia «Peligro por desprendimientos» que da un punto de emoción a la hazaña, pero que al parecer no es para tanto y los aventureros no dudamos en pasar para coronar el Cabo Billano.

Una ruta muy recomendable para silleros. Incluso se me paso por la imaginación organizar una prueba cronometrada

La Salsa subió como un cohete -no metí quinta para no dejar atrás a la fotógrafa-. Las baterías ni se inmutaron y hubieran soportado muchos más kilómetros para arriba o varias noches de fiesta.

Por eso, para  una máquina de este calibre no puede ser normal que suene como una cama oxidada. Me niego a aceptarlo, y la marca seguro que también.

Todos sabemos que una silla de ruedas es un producto con el que compartimos muchos horas al día, por lo que debe garantizar una mínima calidad de rodadura incuestionable.

Aún dependiente.

No paras, estás en todas, vividor, juerguista, como vives……………..

Bueno si, me voy defendiendo pero, como decía el Señor Lobo en Pulp Fiction: —————. Mejor no lo reproduzco aquí por si hay niños, pero lo que venia a querer expresar es que aún no hay que cantar victoria.

Porque aún sigo sin dirigir mi vida, ni ganármela (los que interactúan en ella decidiendo, eligiendo, optando, acertando y fallando; me parecen participantes de un  juego apasionante).
Sin disponer de mi tiempo para poder improvisar y acudir a donde debo, deseo o necesito estar, sin tener que chupar -como un vampiro- la libertad de otra persona.
Y porque un año más no puedo asistir a La Marcha por la Visibilidad de la Diversidad Funcional, organizada como siempre por el Foro de Vida Independiente.

Palacios adaptados

Sí, existen.

Hemos visitado el palacio Chábarri, sede de la Subdelegación del Gobierno en Bizkaia.

Como edificio público que es, se puede visitar y ha sido adaptado para que a nadie, que lleve pasando por ahí toda la vida, le siga sin llamar la atención.
A veces tenemos delante cosas impresionantes, que buscamos cuando viajamos, y no las vemos.

Un elevador sube hasta el hall, desde donde se accede a las oficinas, sala de reuniones y la deslumbrante Sala de los Espejos.

Es curioso subir en el ascensor de época pero restaurado, con sofacito y todo, para llegar a lo que era la vivienda de la familia Chávarri, mientras disfrutaron de su construcción.

Merece ver por su arquitectura, su decoración, su ornamentación, pinturas, lámparas, y alfombras que son lo único que detienen un poco a nuestras ruedas. Pero con cuidado y buscando los sitios más adecuados, se puede llegar a casi todos los rincones abiertos al público.

P.D.: 30 días y pocas horas para el despegue.