Más que #Bizkaiaccesible: Santander

En Santander habré estado como sofecientasmil veces. En el colegio, era una excursión de culto. Por descontado, en autocar sin adaptar, subiendo a pulso con la ayuda de los compañeros, y la silla plegada en el portamaletas, por supuesto, sin motor.

Con la familia, otras tropecientas. De pequeñito y de mayor. Sin embargo, está ocasión ha sido diferente.

Aunque el destino sea archiconocido, siempre hay algún aliciente. Por una parte, el hecho de haber colaborado con la organización. Por otra, el disponer de una guía que nos hizo una ruta turística por toda la ciudad.

Después, una golosa comilona en La Casa del Indiano, donde nuestro grupo de 29 «excursioneros» -9 rodantes- no tuvo problemas para ubicarse y pasar un rato agradable en magnífica compañía.
Un sitio muy recomendable, de correcto acceso. Con baños adaptados que, aunque sean de pago, en el restaurante te facilitan una manera de «pasar por debajo de la puerta».

Además, ofrece una extensísima carta para todos los gustos, apetencias, apetitos y bolsillos.
Yo, tras muchas dudas, me decidí por un «cocido montañes» y no me arrepentí, a pesar de que los platos que me rodeaban también me atraían tanto que no me pude resistir a «catarlos». Eran de una calidad casi tan alta como la de la asistencia con que conté para devorarlos.

Así que en definitiva, un éxito de día que esperamos convertirlo en costumbre.

A mi, que me echen vivencias, que yo las escribo.

 

Un comentario sobre “Más que #Bizkaiaccesible: Santander”

  1. En Santander, quien más quien menos ha estado un montón de veces pero la salida del otro día tenía un tic especial.
    Hizo un día radiante, inmejorable para estas fechas del año. Aunque la temperatura exterior era de unos 13º C, dentro del bus no se tenía esa percepción y el recorrido por la ciudad y de la mano de una guía turística, nos resultó muy ilustrativo.
    Muy bien todo.

Los comentarios están cerrados.