Me pongo a escribir pero no sé sobre que. Estoy pasando una sequía de experiencias contables cuyo final intento encontrar.
Ojala lo viese tan claro como el horizonte que se vislumbraba el otro día desde el mirador de Barrika. Ya comenté ayer en redes que está muy aconsejable para llegar sobre ruedas.
Ahora escuchaba a José Mújica animando a las personas a que sean ellas quien orienten sus vidas. Que tengan sueños, los persigan y luchen por ellos.
Buena recomendación, la aplaudo y celebro que alguien tan sabio defienda esa idea, pero, amigo José, algunos no tenemos armas para luchar.
Siempre dependemos de segundos o terceros para dar un paso, nunca decisivo, por otra parte.
Lo que Mújica casi lo sugiere como una obligación para los ciudadanos vivos, no es ni siquiera un Derecho garantizado a este lado del charco.
Así seguimos, y esto no avanza. Mar en calma pero mucha niebla. Niebla que no deja decidir la dirección buscada.
Y entonces, si no tenemos los medios para orientarnos, ¿somos nuestros o somos de otros?
Hay muchas cosas en este mundo para las que es como no existiese porque no puedo acceder a ellas. Pero el sistema se centra en los colectivos y no en las personas. En los números, pero no en las necesidades ni en las inquietudes de cada uno.
«La vida se te escapa», «lucha por darle contenido a la vida». Eso es lo que dice el ex presidente Uruguayo.
Personalmente, yo me siento como un campeón de Moto2 soñando con la velocidad de una MotoGP.