Parking trampa 2

No sé si esto será una saga o una serie de capítulos. Desde el Consistorio de Donosti, me han contestado que tengo razón en que hay que aclarar las señalizaciones pero, sobre la discriminación entre discapacitados conductores y no conductores, consideran que los primeros han de tener preferencia. A lo que les he contestado lo siguiente (para coger el hilo argumental, imprescindible haber seguido la trama):

«Hola Xabier,
Agradezco mucho tu respuesta y tus intenciones. Sin embargo, no estoy para nada de acuerdo con la diferencia entre conductor y no conductor. Los que vamos abordo de un vehículo sentados en nuestra silla de ruedas precisamos una plaza parking amplia para desplegar la rampa o plataforma de acceso al coche. Y para los que llevan silla plegable también necesitan espacio para plegarla o desplegarla, así como para pasar de ella al automóvil y viceversa. Además, hay que tener en cuenta que muchos de nosotros tenemos un alto nivel de dependencia, por lo que se aumenta mucho el esfuerzo del acompañante si se le hace ir a aparcar a otro lugar después de habernos sacado, teniendo que dejarnos (hay gente que no puede quedarse sola) y llevando la operación mucho más tiempo del que tendría que ser, cuando lo que la normativa debería de hacer es facilitarnos las cosas. ¿Y si llueve, donde nos quedamos? Muchos conductores tienen más autonomía que nosotros. Repito, no es justo.
La considero una grabe discriminación negativa. Consultarlo con cualquier persona que tenga experiencia en este tema y veréis como se pone de mi parte.
Desde luego, yo llevo aparcando toda la vida en Bilbao y en otras muchas ciudades, y jamás he visto algo así. Me parce una falta de conocimiento y de empatía hacia nuestras dificultades de movilidad que a todos nuestros lectores les ha sorprendido.»