Todas las entradas de: Diego Lastra

La toma de Labastida.

Aunque la visita de ayer no se centró sólo en este pueblo, no me he podido resistir a este título.

El papel protagonista lo tuvo la bodega Dinastía Vivanco, en Briones.
Espectacular, moderna, tecnológica, y con un museo sobre la historia del vino, además de una colección de unas obras de arte que sorprende.

Para nuestro convoy electrónico, no hubo ningún obstáculo. ascensores, rampas y mucha amplitud. Da gusto circular por sus salas de depósitos y toneles, disfrutando de su arquitectura.

Después si, comida en Labastida. Un menú accesible en el hotel Jatorrena, en el que una rampa lleva hasta el comedor, recepción y bar, pero con un WC inadaptado.

 

La vuelta, después de bajar del bus, me gusta hacerla en Metro y disfrutando del manejo de mi silla hasta casa, aportando mi conducción a una parte del itinerario.
Con las baterías eléctricas y orgánicas aún sobradamente cargadas, tengo reprimirme mucho para no irme en busca de más acción, provocando algún plan más. Únicamente, el  depósito fisiológico me da una razón para ser formal.

Siempre hablo de mi Salsa, pero la última fiesta reciente la he surcado con la manual (Quickie Easy Max), y la verdad es que dio mucho juego.


Creía que iba a estar muy apalancado, pero surgieron muchas divertidas hazañas (la de las imágenes sólo es un modesto ejemplo) y alcancé alturas impensables para la motorizada.

Con un paraguas de la Barbie, una lata aplastada, a horas intempestivas, y en compañías animadísimas; pasan cosas como esta.

Un no parar

Unas imágenes de la última semana. Además de la charla que adelanté en la anterior entrada,  con el equipo de visitantes habitual de los viernes, me pasé por el palacio de la Diputación de Bizkaia.

Accesible con un ascensor, monoplaza para sillas, pero sin mayor problema que el de hacer cola.
Una visita corta pero intensa de arquitectura, decoración y arte.

Vuelve la Salsa

Ayer volví a hacer la ruta Deusto-San ígnacio, nada más recuperar mi Quickie Salsa M.
Necesitaba quitarme el mal sabor que me quedó cuando me dejó tirado. Cogí el Bidegorri, y quinta a fondo hasta llegar al entreno de Boccia. Fue un desahogo muy placentero.

Algo más difícil va a ser perder la psicosis a que me vuelva a pasar. Ya van dos veces en este año. Fallo de joystick con su consecuente cambio, porque cuando fallan no tienen arreglo según la marca.

Esta ocasión la quise aprovechar para instalar el nuevo joystick R-NET, y sustituir al VR2.
La Salsa que Sunrise Medical me tuvo que prestar para el viaje, por una pieza que no llegaba, venía con el R-NET incorporado. Este permite circular, sin que entre el limitador, con el asiento basculado. Lo que a mi me ayuda a ir mejor sentado y elimina perdidas de tiempo en recuperar la posición de marcha para salir corriendo en un momento de necesidad, dando más control y responsabilidad al conductor, sin acatar limitaciones electrónicas.
Además, la carcasa del R-NET es más cuadrada, lo que ofrece un mayor apoyo para la mano.

Pero lamentablemente, adoptar este joystick requiere un cambio de toda la electrónica, así que he tenido que prescindir de esta mejora.


En el Salón sin Barreras del Bec. No tuvo mucho que contar pero estoy creando la tradición de aprovechar para ponerme tras un volante. Ya van dos años consecutivos.

Sin embargo, ha habido otras que si he podido copiar del «vehículo de cortesía».  Al de poco de empezar a probarla, me gustó que fuese un poco más ancha y que tuviese los apoyabrazos más altos.
Creo que fue en el aeropuerto de Loiu -en la puerta de embarque para Londres-  cuando caí en la cuenta de que la anchura no era más que un reglaje que se puede ajustar al gusto. Y así lo he hecho en la mía. Como inconveniente, ahora al subir el apoyabrazos, me queda el soporte del mando a la altura del hombro. Muy molesto para pintar, entrar en  mesas, etc.
Dicen que esto se debe a haberlo modificado, pero la verdad es que esto pasa desde que me tuvieron que cambiar el brazo entero, por sólo tener un tornillo estropeado.

Dicen que no hay bien que por bien no venga, así que estos cambios han sido el beneficio de la tensión por conseguir tener la silla a punto para Europa, que finalmente terminó forzosamente solucionado con una silla prestada.

Ahí queda todo esto, por si a alguien le sirve.

Charlaaando, charlandoooooooooo.

Voy a tener que crear una sección para las charlas que se van acumulando y para las que quedan, ya que la temporada ha arrancado con buen ritmo.

Hoy hemos estado en la UPV  una representación de Fekoor, con alumnas y algunos alumnos de educación social.

La acogida como siempre estupenda, mucho interés. Personalmente, he resumido lo que ha sido mi trayectoria desde que empecé a estudiar, he hablado las claves de la vida independiente, y hemos repasado videos del blog.

Todo ello sin motor. Ahora mismo, han llamado de la ortopedia. En breves momentos, sabré el diagnóstico de mi Quickie.
Si es del joystick, que seguramente lo sea, sería la segunda vez en el mismo año. Un dato muy preocupante, que me resta confianza para mis flamantes desplazamientos en solitario, esenciales para alcanzar auténticas vivencias.

Seguimos de charla

Hoy no tenía planeado quedarme a escribir sobre el intenso día de ayer.
Hubiese sido redondo, de no ser porque ya llegando a casa me quedé tirado por el paseo de Aixerrota. De repente, la Salsa se detuvo y tuve que pedir el rescate. Seguramente, sea problema del Joystick (seguiré informando).
Ahora, al encenderla sólo parpadea el led de la primera velocidad y nada más. Dando dos veces a la bocina, se encienden las luces de la batería indicando fallo de joystick.

Suerte que hasta que llegó el «Séptimo de Caballería» conté con la compañía de una chavala encantadora que estaba paseando a su perro y que, por cierto, le desapareció justo cuando la «grua» me llevaba.
Espero que lo haya encontrado.

Pero no es justo destacar esto de una jornada en la que mi sociocolega Josean y yo dimos una charla en la academia Almi de Deusto, a futuros y, sobre todo, futuras Sociosanitarias.

Como en el resto de nuestras «expos» debatimos sobre autonomía, diversidad funcional, vida independiente; aportamos nuestras experiencias y anécdotas, además de responder a todas las preguntas.

Da gusto ver o conocer a personas sensibles y empáticas que se interesan, con ganas de mejorar para ayudar a los demás. En esta profesión la vocación es esencial, y si nosotros podemos ayudar a fomentarla quedamos a disposición de quien lo requiera.

Únicamente, sentimos no habernos ido potes con todas, como había intención, pero la agenda nos empujaba.

Un abrazo también para Felipe, el enrollado profesor con quien cuentan estas aspirantes a asistentes personales (espero que no acaben en residencias), que insistió en liarnos para comer juntos y seguir conociéndonos.

Y otro pedazo de abrazo para los cerebros de toda esta operación.