Voilà

Como percibí en mi reciente visita a Port Aventura, algo está pasando con el «poder» que se nos concede en estos parques, a los silleros, para saltar colas.

El hecho de que nos pidiesen los certificados de discapacidad a la cara, sonaba ridículo pero, como en su día aprendí, detrás de una norma hay alguna razón.

Ahora veo la respuesta en la siguiente noticia. Es triste que por la desaprensión de algunos listillos -a todos se nos ha pasado por la imaginación- nos vayamos a quedar sin ayudas que compensen nuestros hándicaps.
Y así con todo, tarjetas de aparcamiento, etc. PUAG!

http://www.sexenio.com.mx/tienesqueverlo/articulo.php?id=6503