El siguiente artículo me ha recordado la estancia que pasamos, ahora hace dos años, en el C.R.E. de León y la inmensa lacra social que permanece oculta.
http://www.eldiario.es/retrones/vida-residencia-retrones_6_162793728.HTML
No me quiero enrollar. Ya he manifestado en numerosas ocasiones sobre esta vergüenza nacional. En mi opinión, lo peor de todo es que haya gente que tenga trabajo a costa de la dignidad de otras personas.
Lo siento, pero yo lo asemejo con la trata de blancas.
No voy en contra de nadie, porque precisamente, estos almacenes de humanos están ideados para reducir personal de atención a la mínima expresión, con el consiguiente desamparo sufrido por los usuarios.
Si el modelo de Vida Independiente «reinase», todos los auxiliares de residencias y muchos más tendrían trabajo como asistentes. Los que lo tendrían más chungo serían todos esos terapeutas y directores que rellenan despachos, como el que habla en dicha crónica, apelando a la capacidad de adaptación del Ser Humano para aguantar en una institución.
Si cree en ello, que renuncie a su puesto y que se adapte a vivir en la miseria, si no es capaz de reciclarse.
Tenían razón mis colegas del Foro Vida Independiente cuando decían que el autor del reportaje al que me he referido, no está muy por nuestra causa.
Así lo ha demostrado en su último post, defendiendo las residencias, por si no había quedado claro. Según él, no todos somos iguales y hay quienes merecen estar internados por tener una dificultad en el habla o necesitar 24 h de AP.
Por no decir nada del nombre que ha buscado para su blog. Sin comentarios.