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Aún dependiente.

No paras, estás en todas, vividor, juerguista, como vives……………..

Bueno si, me voy defendiendo pero, como decía el Señor Lobo en Pulp Fiction: —————. Mejor no lo reproduzco aquí por si hay niños, pero lo que venia a querer expresar es que aún no hay que cantar victoria.

Porque aún sigo sin dirigir mi vida, ni ganármela (los que interactúan en ella decidiendo, eligiendo, optando, acertando y fallando; me parecen participantes de un  juego apasionante).
Sin disponer de mi tiempo para poder improvisar y acudir a donde debo, deseo o necesito estar, sin tener que chupar -como un vampiro- la libertad de otra persona.
Y porque un año más no puedo asistir a La Marcha por la Visibilidad de la Diversidad Funcional, organizada como siempre por el Foro de Vida Independiente.

Palacios adaptados

Sí, existen.

Hemos visitado el palacio Chábarri, sede de la Subdelegación del Gobierno en Bizkaia.

Como edificio público que es, se puede visitar y ha sido adaptado para que a nadie, que lleve pasando por ahí toda la vida, le siga sin llamar la atención.
A veces tenemos delante cosas impresionantes, que buscamos cuando viajamos, y no las vemos.

Un elevador sube hasta el hall, desde donde se accede a las oficinas, sala de reuniones y la deslumbrante Sala de los Espejos.

Es curioso subir en el ascensor de época pero restaurado, con sofacito y todo, para llegar a lo que era la vivienda de la familia Chávarri, mientras disfrutaron de su construcción.

Merece ver por su arquitectura, su decoración, su ornamentación, pinturas, lámparas, y alfombras que son lo único que detienen un poco a nuestras ruedas. Pero con cuidado y buscando los sitios más adecuados, se puede llegar a casi todos los rincones abiertos al público.

P.D.: 30 días y pocas horas para el despegue.

Más allá de #Bizkaiaccesible: Donosti.

Última escapada express de la temporada, anterior al parón veraniego,  de las excursiones que organizamos desde Sancho Azpeitia para Fekoor.

El destino: Donosti. Visita guiada, primero panorámica y luego rodada por el casco viejo de Donosti.
Paseando por sus calles, el apetito se pone a cien en 0,2. El reto no era sencillo, porque cuando el grupo de silleros es numeroso y, además, se cuenta con el tiempo justo, hay que andarse muy listo.

Por un momento, ves peligrar saciar tus ansias de pintxos, pero estuvimos espabilados y cumplimos sobradamente.
Dando unas pocas vueltas, dimos con dos locales para todos los públicos.
Primero en Casa Alcalde (Mayor Kalea , 19) encontramos pintxos para elegir. Cuenta con una rampa que aplasta al típico peldaño. Bares tan importantes como el Gambara (en la misma calle) no se han desecho de el.
En cambio, en el Alcalde nada nos impide llegar a la barra, y eso hay que agradecerlo.
Lo único que le falta para que nadie me saque de allí es el WC, que no está adaptado. Sin embargo, en las cercanías no es complicado encontrar uno. Los del Alcalde, que son unos enrollados, te indicaran donde poder………

Por ejemplo, en la Chocolatería El Puerto (Calle Puerto, 19). Allí no sólo ofrecen lo que su nombre indica, sino que también preparan platos combinados, bocatas, etc.
Es amplio, accesible y, por lo tanto, nos solucionó nuestro objetivo que no era otro que toda nuestra peña coma junta, para no desperdiciar el buen royo que nos manejamos.

Después, nos hubiéramos quedado muy a gusto en alguna terraza de la Plaza de la Constitución -tomando un mojito-, pero el horario del programa nos hizo abandonar esta preciosa ciudad, que hay que ver lo «guapa» que se pone en verano, antes de que nos diéramos por satisfechos.

Vinceró

Tenia pensado llamar a mi siguiente entrada bloguera «Hibernar en verano» pero, al igual que las estaciones del año que no son del todo puntuales, la pasividad que siempre llega por estas fechas se está demorando.

Las ocupaciones (talleres, deportes adatados -Boccia-) cesan con un reprochable espíritu escolar.
No obstante, esta vez en Sancho Azpeitia nos hemos preocupado porque la caída no sea tan precipitada y hemos organizado aventurillas todas las semanas de Julio,
Agosto será otro cantar, pero bien estará reservar fuerzas para lo que, aún hipotéticamente, viene al final de la época estival; si las fiestas y el sol nos lo permiten.

De todas formas, es inevitable recordar que nuestra vida sigue divida en servicios que cierran por vacaciones que se alargan más de lo necesario, por falta de presupuestos.

Entonces a uno, le vuelven los ataques de desesperación -que nunca cesan- al pensar que el tiempo pasa y sigue sin encontrar la manera de ganarse la vida para ser capaz de acceder a las oportunidades que le surgen y ser competitivo para luchar por lo que más desea, como cualquier ciudadano.

La esperanza y convencimiento de conseguirlo no me faltan. Si me fallarían, no podría encontrar alicientes alternativos. No existen.
Son los ingredientes de la felicidad (reconocido por psicólogos).

En momentos de flaqueza, pongo al gran «Pava» entonando el Nessum dorma de la opera de Turandot de Puccini, y me prometo que venceré!
Así me siento cuando me encuentro a las cuatro de la mañana esperando tranquilamente en el anden del metro, con 0 % de ayuda.

Escuchame Google!

Un coche que se controla con el móvil. Es algo que me va al pelo, porque es de lo que mejor manejo.

Desde aquí invoco a los todopoderosos señores de Google para que no se olviden de adaptar un modelo accesible a cyborgs como yo, con medio cuerpo eléctrico. De forma, que los usuarios de sillas electrónicas podamos aumentar nuestro margen de movilidad, sin tener que acatar los horarios y las limitaciones de los transportes públicos.

Claro que luego brotaría desde el suelo hasta el cielo la más alta y cruel de las barreras. La económica.
Poco nos durará la buena noticia. He solido comentar que por mucha tecnología que exista, si no es asequible para los que la necesitamos, de poco servirá. Y entonces recuerdo mi idea de una fundación que facilite ayudas tecnológicas a bajo costo. En principio, me inspiraba en simples adaptaciones para monovolúmenes o furgonetas, pero el progreso avanza.

http://cincodias.com/cincodias/2014/05/28/empresas/1401256411_835731.html

Volviendo al presente y sin dejar la economía de lado, algo interesante es este Dacia Dokker, el vehículo adaptado para sillas de ruedas más barato del mercado. Poder acceder a un coche nuevo por 15.000 € es un lujo que hasta ahora no teníamos.

http://www.rehatrans.com/particulares-182.html?vehiculo=DACIA+DOKKER+Total+Ramp

Obligada renuncia

Después de unos días de baja, he logrado resucitar el blog -a veces actualizar el WordPress tiene sus riesgos- .
A continuación, el post que llevo sin poder publicar desde el pasado martes:

Ayer volví a visitar la Diputación de Bizkaia. Esta vez me sabía el final de la película pero mi intención era dejar constancia de porque no solicitaba la prestación económica para contratar Asistencia Personal. Lo que llevo años reivindicando.

Su cuantía es claramente insuficiente. Solamente llegaría para 3 horas al día  (a lo sumo 5, con el convenio de Fekoor). De esta forma, seguiría dependiendo mayoritariamente de mi familia, mientras que mi madre perdería su única paga, siguiendo sin disponer de su tiempo.

Por esta razón, estoy convencido de que muchos potenciales aspirantes a esta fórmula la desecharan. Sería triste que la administración crea o quiera creer que no queremos tener asistentes personales para dejar de ver la vida a través del cristal de un escaparate, y buscárnosla en todos los sentidos.

Por eso considero esencial que nos expresemos.

El motor de arranque

Desde hace mucho tengo ganas de tener un cuadro de la cala de mi vida (Binibeca, Menorca). Lo que nunca, ni se me pasó por la imaginación, es que lo fuese a hacer yo.

Es el segundo que hago a acrílico y, bueno, el resultado está ahí. Es mío por completo. Una vez que tengo colocado el gran aparejo  que necesito (mesa, madera para extender la mesa, caballete, lienzo, licornio, paleta de colores, hacer los colores, papel para escurrir el pincel). Una vez tengo todo a mano -o a  cabeza, en mi caso- empiezo a dar vida al lienzo, a crear.

Siempre con una ayuda latente, por si me salgo de la trazada y pido auxilio para que me borren el estropicio.
En este sentido, quiero agradecer a mi megacompañera Julia que no sólo me lo pone todo en bandeja sino que encima me instruye en esta técnica artística. Sin ella, no existiría esta obra playera.

Como me ocurre en otros muchísimos ámbitos, sin apoyo no puedo lograrlo, pero con asistencia ahí tenemos la muestra.
Así somos las potentes mecánicas sin motor de arranque. Solos no avanzaríamos.