Atrapa un ascensor!

Moviéndote por ahí con cierta frecuencia, tienes oportunidad de descubrir que hay mucha gente agradable, pero también aumentan las probabilidades de llevarte decepcionantes sorpresas.

Me encuentro dirigiéndome hacia el ascensor de la estación de Metro de San Inazio para cambiar de andén. Veo que una señora está esperándolo. «Perfecto, así le da ella al botón interior», pienso.
Acelero para no hacerla esperar y dejar el siguiente viaje para mi colega Josean (los dos vamos a lo easy rider, jeje).

Llego de sobra, pero la buena y «entrañable» señora me suelta la siguiente Perla:

– No! No entres que tengo prisa – ya desde dentro.
– Como que no entre. Mira si entro – abordando su «cohete privado»
– ¡Cago en la leche! – exclama la «secuestra elevadores»
– No, deje la leche, que está muy rica, y no se preocupe que no le voy a perjudicar. Tranquila!
– ¿Y también vas al otro ascensor?
– Si, señooora -provocando su descontento.

Se abren las puertas. El espécimen egoísta no sabe que hacer. El ansia vive le mata. «Va a atacar», pienso. «Salga, salga» le oriento. Entonces, comienza su carrera como si estuviésemos jugando al pañuelito y ella lo llevara.
Salgo en su persecución sin achucharla -si quiero la fundo- A través del cristal la veo presionar el botón con una usura lamentable, de dar pena. Parecía decir «mi tessssoro»

Justo cuando llegué, se cerraban las puertas y vi bajar a ese ser insensible, ignorante y miedoso ante la diversidad.

Confieso que me quedé con las ganas de volverme a colar. A lo mejor es un deporte de los veteranos del Metropolitano.

La próxima vez no me corto. Si te llega esto, «pirata de los vagones», te reto!

Un comentario sobre “Atrapa un ascensor!”

  1. Demasiado bueno… Esa buena Sra. tendría que saber quien tiene preferencia en los elevadores.
    Me pilla a mi y te juro que no sube.

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