El Ararteko responde

En contestación a la queja que envíé al Ararteko (Defensor del pueblo Vasco) en relación con el término «Respiro Familiar», utilizado para denominar a los programas de viajes para personas en situación de gran dependencia, he recibido la siguiente carta:

Estimado Diego:

He leído con suma atención su carta y no puedo menos que mostrarle mi total
acuerdo con lo que usted nos plantea.
Los principios que inspiran su planteamiento sin duda encuentran su expresión en
El Movimiento de Vida Independiente -que usted conocerá con detatalle- y en la
necesidad de superar la percepción de la persona con diversidad funcional, de tal
modo que sea indispensable centrar la atención en los obstáculos y dificultades
generados por la propia sociedad y en la necesidad de favorecer políticas públicas dirigidas a la superación de los elementos de discriminación.

 Al margen de que este sentir impregna una buena parte de los programas y
servicios ofrecidos por las administraciones públicas vascas, es indiscutible que
queda mucho camino por recorrer. Así, el término al que usted alude en su carta, el de respiro, que no contribuye a materializar los principios indicados, sigue siendo utilizado y, de hecho, se contempla en el artículo 22.2.5 de la Ley 12l2008, de 5 de diciembre, de Servicios Sociales del País Vasco, relativo al catálogo de prestaciones y servicios del Sistema Vasco de servicios sociales.

Por nuestra parte, tendremos en cuenta su interesante reflexión en la redacción del informe anual dirigido al Parlamento Vasco y trasladaremos su inquietud en diferentes contextos y ante responsables de los correspondientes departamentos.

Por último, deseo agradecerle la confianza depositada en esta institución y quedo a su disposición para cualquier cuestión incluida en el ámbito de nuestras competencias.

Aprovecho la ocasión para enviarle un saludo cordial.

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Sin duda, una respuesta positiva, acorde con nuestros tiempos y con los que deben venir.
Por mi parte, satisfecho por participar en la transformación social, esperando que el proceso de «renove» siga adelante.
Por si alguien le interesa, a continuación pego el escrito que le presenté:

El motivo por el que les escribo se encuentra relacionado con el término que viene siendo utilizado, por las administraciones públicas, para denominar a los proyectos sociales dedicados a permitir que ciudadanos en situación de gran dependencia gocen de la oportunidad de pasar unos días, cada cierto tiempo, fuera de su entorno familiar, puedan conocer lugares nuevos, vivir experiencias, enriquecer su  personalidad, etc..

Sin embargo, las instituciones públicas optan por afrontar este asunto desde un punto vista totalmente opuesto, únicamente interesándose por el descanso que merecen los cuidadores. Tanto es así, que la nomenclatura escogida no es otra que «programas de respiro familiar».

Aparte de dejar a las personas con Diversidad Funcional en un segundo plano, se recure a palabras menospreciantes e indignas, afrontando el tema con un enfoque claramente paternalista, que trata a los usuarios de este servicio como si fuesen meras cargas, de las que sus familiares necesitan «respirar».

Sin duda, se trata de una falta de decoro y de respeto que, hacia muy pocos colectivos, se sigue permitiendo. En una era de defensa de los Derechos Humanos, de lo políticamente correcto, de la diversidad, de la empatía y de la dignidad del ser humano; resulta bochornoso tener que escuchar acepciones tan procaces y de mal gusto, hacia un grupo social que merece la misma consideración que cualquier otro, siempre que estemos hablando dentro del ámbito de un estado socialmente moderno y civilizado.

Cuanto mejor sería caracterizar, diseñar y nombrar estos planes en función de las premisas que he expuesto en el primer párrafo. ¿Por qué no podemos ser nosotros los principales destinatarios de estas ayudas y si nuestros familiares?

Pienso que los problemas se han de solucionar de raíz, el problema es nuestro y el de nuestros cuidadores es una consecuencia del nuestro.  Si se nos soluciona a nosotros, a ellos también, por consecuencia.

Espero que El Ararteko tome en cuenta este caso de auténtica discriminación y haga valer sus herramientas para dignificar la imagen y la honorabilidad de los ciudadanos en situación de gran dependencia.

Me refiero a Derechos que nos reconoce la Convención de la ONU para Personas Discapacitadas, aprobada en 2006 y ratificada por el estado Español.