No solo se añoran momentos de ocio y esparcimiento cuando se vive en situación de dependencia, ojo! No quisiera dar esa imagen.

La vida esta compuesta de múltiples ámbitos, todos ellos esenciales para configurar una existencia completa.

Una de las facetas que más me obsesiona conquistar es la profesional. Hoy en día, en una sociedad de consumo, como en la que vivimos aunque esté tocada, si no puedes defenderte económicamente, te encuentras francamente desplazado.

Evidentemente, en el caso de necesitar el apoyo de una persona para prácticamente la mayoría de las actividades diarias, se torna muy complicado afrontar una tarea laboral sin alguien cuya única obligación sea atenderte a ti.

Cierto que existen puestos de trabajo reservados a gente con discapacidad pero, sinceramente, para grandes dependientes no están pensados. Sí, te puedes colocar delante de un ordenador e, incluso, conseguir algún sistema que te facilite su manejo pero, tarde o temprano, te surgirá algún imprevisto –fisiológico, por ejemplo- que precises solventar.

Existe también la prestación para contratar asistencia personal en el trabajo pero no da más que para cuatro horas/día y, para que te la concedan, se exige tener ya el puesto y el asistente contratado. Además, optando por esta concesión se renuncia a todas las otras, por lo que no se sabe como hacer para realizar todas las acciones anteriores a llegar al curro.

Personalmente, siempre tengo alguna idea con ganas de emprender. Sin embargo, mi falta de libertad de movimiento, siempre me ha hecho perder oportunidades y, por consiguiente, la posibilidad de alimentar mi bolsillo.

Por eso, una vez más reivindico mi derecho a la asistencia personal para defenderme y encontrarme en igualdad de condiciones con los que me rodean. Veo a todos como, con más o menos dificultades, van encontrando sus ocupaciones que les permiten dar forma a su plan vital.

Actualmente, si pudiese, me gustaría crear un organismo con un par de objetivos que beneficiarán directamente a los destinatarios hacia los que serían dirigidos.
El que más me motiva consiste en un sistema para facilitar vehículos adaptados a bajo costo. Puede parecer dificultoso, pues los precios de las adaptaciones alcanzan un serio montante, por ello me inspiro en las viviendas de V.P.O., recaudando fondos, subvenciones, y realizando publicidad dinámica.

Otro proyecto lo destinaría a promocionar viajes autónomos individuales, con el fin de ayudar cubrir los costes de asistencia para personas dependientes que quieran viajar o pasar una temporada en el extranjero.

También me gustaría retomar el plan de negocio que traté de poner en marcha, hace ahora un par de años, que lo tuve que dejar aparcado por falta de recursos tanto físicos como económicos.

Estaba relacionado con el alquiler de vehículos adaptados para personas en silla de ruedas y, bueno, con un replanteamiento de la fórmula que originalmente tuve pensada, sigo con la esperanza de conseguir algún día que existan vehículos adaptados disponibles, al menos en los destinos con mayor afluencia turística. Con tal fin, y sin muchas expectativas, estoy realizando una campaña de concienciación dirigida hacia los profesionales de este sector para animarles a contar con un automóvil de estas características entre sus flotas.

No obstante, no me preocupa repetir que sin disponer de mi tiempo y sin libertad de movimiento, es absurdo aspirar a serias pretensiones. Tiro redes en aguas muertas, pero por mi quede.

Sé que voy contra corriente. Que conduzco en dirección prohibida. Que lo que se lleva ahora son los recortes. Pero por mucho que intenten desorientarme, nunca perderé el rumbo correcto.

Antes de finalizar este “casette”, quiero disculparme por sacar semejante asunto en estos días festivos. Lo lamento, no me había dado “cuen”.