ABORDANDO UN BIPLAZA

Como pienso que, de vez en cuando, hay que salirse del tiesto o, en este caso, del cajón donde va la silla en un vehículo adaptado, y abordar un asiento de copiloto, quiero compartir con vosotros mi última experiencia automovilística. Cuando Xabi  me comentó la posibilidad de dar una vuelta en Mercedes SL (R230, el de copota metálica retráctil) me pareció algo insólito. Oportunidades así no se presentan en casi toda una vida. Me enfundé mis rodilleras de Hokey para hacer tope con el bajo del salpicadero, regulé el asiento eléctrico y encajé como en un guante. El procedimiento que seguimos generalmente para acceder al asiento delantero de un coche, se resume en que una persona con fuerza me coge por detrás -de las axilas- y otra de las piernas. Primero se meten los pies y luego el resto del cuerpo. Como siempre, existe una excepción, que es mi padre, pues ejecuta la maniobra el solo, sin ayuda. De esto, solo pueden presumir el y muy pocos más. Es sensacional viajar a techo descubierto, incluso a velocidades “ligeras”. Las turbulencias tampoco son tan molestas o, a lo mejor iba tan fascinado que no las aprecié. Aunque lo cierto es que el llevar el cortavientos y las ventanas subidas posiblemente influiría. La respuesta del motor, fuerte pero velozmente progresiva, todo un placer. Desde el asiento derecho, se puede llegar a percibir todo lo que ha de reprimirse el conductor para no dar rienda suelta al potencial que le ofrece la mecánica. Sin embargo, lo más significativo de esta historia, ha sido el comprobar que todos los detalles y toda la información, que he adquirido por medio de mis mentores Fernando Gómez Blanco, Juan Ignacio Eguiara,Juan Collin, Carlos Enríquez de Salamanca, etc, se pueden palpar y verdaderamente existen. Ahí estaba el botón de la suspensión inteligente (ABC control), el ESP, el botón de arranque o el accionamiento del cambio secuencial. De todos, buena cuenta le dí a mi acompañante. Al disfrutar de este coche en vivo, te percatas de que en realidad puede ser un gran compañero tanto de viajes como para vivir el día a día, convirtiendo todos tus desplazamientos en momentos divertidos y satisfactorios. Percepciones como la calidad de rodadura, la facilidad de manejo, la manera en que es gestionada la entrega de potencia por el convertidor de par, la calidad de materiales, son descritas con minuciosidad en las revistas, pero nada como vivirlo en primera persona o en segunda, en este caso. Gracias a Xabi y al generoso propietario de esta genial máquina por compartir conmigo el arte de la ingeniería.